Logramos entrenamiento más eficaz y mayor fuerza muscular en menos tiempo. Además, mejoramos la microbiota vaginal.
Utilizamos corrientes eléctricas de baja frecuencia para entrenar la musculatura de suelo pélvico y abdomen. Cuando la paciente realiza una contracción acompañada de EEM, consigue activar y reclutar un mayor número de fibras, mejorando la fuerza, reduciendo el dolor y acelerando la recuperación en casos de debilidad muscular.
Así lograremos más rápidamente nuestros objetivos: potenciar la musculatura, mejorar la circulación, eliminar toxinas, aumentar la fuerza, y además, los últimos estudios nos dicen que con la electroestimulación muscular intracavitaria conseguimos mejorar la microbiota vaginal, es decir, equilibrar la flora.